CUENCA LA PROVINCIA SALVAJE DE CASTILLA LA MANCHA (17/09/2021)

Nuestro primer destino en Cuenca son las chorreras del río Cabriel. El día se ha despertado gris y con pinta de lluvia, pero no podemos dejar de pasar por este lugar que nos ha recomendado un amigo.

En cuanto llegamos al parking, hay una pareja de chicos de Guadalajara, y que nos dicen que ya habían oído hablar de nosotros, está claro, hemos saltado a la fama, jajaja.

Nos adentramos por un camino y comenzamos a oír el agua rugir, conforme nos acercamos, vamos descubriendo en un entorno maravilloso, decenas de cascadas que desbocan en pozas de color turquesa. A pesar de que el día no es muy soleado y de que la temperatura en Cuenca es algo más fresca que en Albacete, no podemos resistirnos a pasar el día de poza en poza, estamos felices y no nos importa mucho si hace frio o calor.

                                        

Después de pasar el día en remojo, nos dirigimos a Cuenca con idea de pasar la noche allí, la ruta nos deleita con viñedos cargados de uva y jornaleros en plena recolección, es época de vendimia. Pero lo que realmente nos fascina, son los campos de girasoles, que dan una tonalidad dorada a las tierras manchegas. No podemos evitarlo y decidimos parar para echar unas fotos, y por qué no, en lugar de llegar a Cuenca, nos quedamos junto a un enorme campo dorado a pasar la noche. Lo que no esperamos, es otra noche de tormenta y lluvia torrencial, por suerte, la camioneta está aparcada en un lugar sólido, pero el estruendo de la lluvia, no nos deja pegar ojo, y para colmo, estábamos un poco inclinados y una de la clarabollas nos ha jugado una mala pasada ¡goterassss!

Después de secar la inundación de la caravana, nos dirigimos a Cuenca, sigue diluviando, pero hemos quedado con nuestro amigo Josechu, periodista de la Tribuna de Albacete en que nos hacemos unas fotos para La Tribuna de Cuenca, el problema es que está diluviando, no podemos poner el trípode y no hay gente en las calles, ¡vaya marrón!, pero para los manchegos no hay nada imposible, nos ponemos el atuendo, cogemos los chubasqueros y a por la fotos, nos cuesta un buen rato, pero ¡misión cumplida!. Por suerte, la lluvia nos da una tregua y pasamos la tarde paseando por está mágica ciudad conocida por sus casas colgantes enclavadas en la roca, sus callejuelas y sus edificios ancestrales, nos trasladan a otra época. Y para cenar, hemos elegido un menú típico conquense: ajo arriero y zarajos, delicioso.

                                       

                                             

Hemos conseguido un buen sitio para pasar la noche en lo alto de la ciudad, pero la lluvia y el viento no cesan y una ráfaga, levanta una de la clarabollas de golpe, por suerte Jose la coge de inmediato, evitando que la arranque las rachas que hacen por otra parte que parezca que estemos en un barco a punto de naufragar.

Nos hemos despertado un poco cansados pero con ganas de visitar la maravillosa ciudad Encantada y la Serranía de Cuenca, sin duda, dos parajes espectaculares, las formaciones kársticas de esta ciudad y el entorno, nos trasladan sin duda a otra época más primitiva y salvaje.