CÁCERES Y SU MARAVILLOSA SIERRA DE GREDOS (28/09/2021)

Por suerte, el suegro de Juan, le ha dado información a Jose porque no teníamos ni idea de por dónde abordar esta grandiosa sierra. De camino, me comenta que el monasterio donde se retiró Carlos V estaba en Cáceres.

- Pues es verdad –le digo.

 Miro en google y bingo nos pilla de paso además a quince minutos de donde hemos parado a comer. Esto es lo que más nos gusta de viajar a sí, la improvisación.

La visita al monasterio, nos parece muy interesante, primero porque nos encanta la historia y segundo porque se conserva todo el mobiliario de la época del emperador, dando la sensación de que en cualquier momento va a aparecer uno de estos personajes o el mismísimo rey por una de las puertas de este edificio tan mítico.

Antes de dejar este lugar, nos encontramos con una excursión de paisanos que están encantados de habernos conocido en persona, ya que nos habían visto en algún programa, jajaja esto de salir en la tele, hace amigos.

                             

Una carretera de curvas infinitas nos lleva hasta Garganta de la Olla, un pueblecito anclado en la sierra y que tiene mucha historia, ya que el hecho de que Carlos V estuviera en Yuste, atrajo aquí a todo su séquito, que se instaló en este poblado. Uno de los edificios más destacados es la llamada casa azul, el burdel donde acudían sus soldados. También encontramos una bonita iglesia, el hostal y una serie de edificios de la época. Y sobre todo lo que vemos por todas partes son rastras de pimientos colgadas en puertas y balcones, es el producto estrella del lugar, además del pimentón que se obtiene de su molienda.

                            

                           

 

Decidimos hacer noche en un ancho de la carretera con vistas al pueblo y a la sierra, pero por la mañana al amanecer, un ruido tremendo me despierta, son los trabajadores del ayuntamiento que están podando y desbrozando el camino, nos hubiéramos quedado un rato más, pero el ruido es insoportable, ya nos lo dicen los chicos cuando salimos de La Española casi disculpándose.

Bien temprano, continuamos la carretera serpenteante y cada vez más estrecha, hasta un punto que a mí me tiemblan un poco las piernas cuando miro hacia abajo. El llevar la casa a cuestas por estas curvas de vértigo, por el momento no lo llevo demasiado bien, aunque el conductor es de primera y no lo veo parpadear ni un segundo. Cuando ya hemos llegado al punto más elevado, vemos una planicie que pinta bien y ya respiro…

Instalamos nuestro campamento y nos quedamos para explorar la zona. Justo en ese momento se nos acerca un pastor, Tomás, que nos da indicaciones de cómo llegar al mojón blanco. Emprendemos la ruta que es una auténtica maravilla con unas vistas preciosas.

                         

Al llegar al campamento nos instalamos fuera, hace buen día y en breve, tenemos un zoológico a nuestro alrededor, dos gatos, y un pedazo de perro se instalan con nosotros y hacemos el almuerzo juntos y en breve, nos vemos rodeados por más de cien cabras jajaja.

                          

La noche es tranquila y descansamos de lujo para seguir ruta.

Hay un paraje que no podemos dejar de visitar, La Garganta de los Infiernos, situada en la reserva natural que lleva su mismo nombre, y que pertenece al Valle del Jerte. Las formas esculpidas por la fuerza del agua son espectaculares, y aunque el tiempo ya es algo fresco no puedo evitar el zambullirme en estas aguas cristalinas, que por un rato, son sólo para mí, porque ni el manchego ha osado a meterse.