NUESTRO PASO FUGÁZ POR PORTUGAL (02/10/2021)

Si cierto es que en principio no barajábamos la idea de pasar por Portugal, era como una espinita clavada, por lo que hemos decidido acercarnos al país vecino aunque sea unos días. Lo cierto es que el invierno se nos echa encima y debemos medir un poco los días y los kilómetros.

Dejamos Salamanca con su magnífica catedral de fondo destino a tierras lusas, nuestro destino es Miranda do Douro, o sea, Miranda del Duero, mola como suena en portugués ¿verdad?

El trayecto es solitario, ni un alma por la carretera, creo que hemos contado un coche con el que nos hemos cruzado en casi una hora y media de viaje.

Conforme nos acercamos, el paisaje comienza a mostrarnos unos acantilados de vértigo formados por el maravilloso Duero. Decidimos seguir hasta Picote, una pequeña aldea donde parece ser hay un mirador a unos de los meandros de este río que además hace de frontera entre ambos países. Picote parece una población olvidada en el tiempo, con casitas de piedra y muchas en ruinas, pero tiene un encanto especial, y sobre todo la dueña de la tienda de productos típicos, a la que contamos nuestra aventura y está entusiasmada, de hecho, es con la única que hablamos en el pueblo, los pocos habitantes que tiene, nos miran como bichos raros, lo cual no me extraña, y más porque vamos vestidos de manchegos pero nadie se lanza a mediar palabra, a pesar de vamos saludando a todo cristo.

                            

                            

                           

Nuestro siguiente destino es Miranda del Duero, donde descubrimos que Portugal tiene otra lengua oficial, el mirandés. Es una bonita población con un Castillo y una bonita iglesia donde descubrimos un curioso niño Jesús vestido con un traje verde chillón con bordados dorados, una insignia al pecho, una banda roja, pajarita y un bombín. Sin duda no es el niño Jesús que podamos tener en mente, es una imagen muy venerada por la leyenda surgida en torno a episodios ocurridos durante la Guerra de Sucesión de España. En 1711 los españoles invadieron y ocuparon Miranda durante varios meses. En medio de las vejaciones sufridas durante la ocupación aparece en las murallas un niño, vestido de hidalgo caballero, convocando a los mirandeses a levantarse contra los españoles. La población se subleva y al frente se coloca el niño caballero, aunque no siempre hace acto de presencia: unas veces aparece y otras desaparece.

Cuando se logró la liberación de la ciudad, se buscó al niño, al pequeño general que impulsó la rebelión, pero no se le pudo encontrar. Los mirandeses, perplejos, terminaron considerando que la oportuna aparición del niño animándoles a la lucha constituía una auténtico milagro, y que la victoria contra los españoles era debida a intervención sobrenatural.

Llevamos varios días de visitas, y francamente, lo que nos apetece más que visitar, es sentarnos en una terraza y ver la gente pasar, y eso hacemos.

                         

                         

Como no es demasiado tarde, decidimos conducir y hacer noche en Braganza, pero  lo que el GPS nos marca que son dos horas, se convierte en tres y media, una carretera de curvas y con la hora menos que hay en Portugal en seguida nos cae la noche encima, y Braganza, parece habérsela tragado la tierra.

Por fin vemos una señal que indica cinco kilómetros. A la llegada, no sabemos muy bien donde aparcar, nos da miedo meternos en la boca del lobo y quedarnos atascados en alguna callejuela, por lo que no nos ponemos muy caprichosos y en un ancho de una calle aparcamos, eso sí, cuesta abajo, yo paso la noche bien agarrada a Jose Carlos para no caerme rulando, para colmo no paran de pasar coches y borrachos toda la noche. Por la mañana, descubrimos a cien metros una explanada preparada para caravanas, vaya pardillos…

Después de un desayuno que nos repone de la nochecita que hemos pasado, recorremos Braganza con un sol espectacular, si cierto es que se nota que es temporada baja y está todo cerrado, pero hay una exhibición de coches antiguos que nos mantiene entretenidos junto a la fortaleza.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 Recorremos sus calles empedradas, y es bonito, pero tal vez ya hemos visitado bastantes ciudades últimamente y en cierto modo nos apetece más naturaleza, por lo que decidimos que por la mañana pondremos rumbo hacia el Parque de Montesinos y volveremos a cruzar la frontera.

                          

                       

 

                                                           CONTINÚA EN ESPAÑA - LEÓN: LA MAGNÍFICA COMARCA DEL BIERZO